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jueves, 6 de mayo de 2010

SU ULTIMA ENTREVISTA FUE CON "AJA"



“Ustedes siempre han valorado mi talento”, le confesó a periodista Ketty Cabrera pocas horas antes de su muerte

Perú, Chile, Ecuador y toda Latinoamérica sigue llorando partida eterna del irremplazable maestro don Lucho Barrios


Por: Ketty Cabrera

El cariño que don Lucho Barrios sentía por Ajá era único. El lunes 3 de mayo, al mediodía, conversamos para invitarlo al sorteo por el Día de la Madre que realizábamos este viernes, sin embargo se disculpó porque debía cumplir con una gira a provincias.
"Ustedes saben que siempre estoy donde Ajá me llama, porque siempre han valorado mi talento, pero el jueves viajo a provincias, tengo show en Tacna y en otras ciudades", nos dijo algo apenado.

LA GENTE NO ME OLVIDA. La oportunidad también sirvió para conversar sobre su último show por los 50 años del Bolero, que se realizó el 29 de abril en el Maracaná, y nos contó que estaba muy feliz porque fue un lleno total.
"Quedaron como 300 personas fuera del local. Realmente hasta ahora estoy muy emocionado porque pensé que la gente me había olvidado, sin embargo sentir el calor del público en el escenario fue algo muy grande para mí. Con esto queda demostrado que el bolero tiene para rato", dijo emocionado.

BOLERISTAS SOMOS POBRETONES. También opinó sobre las extorsiones que sufrían los cantantes de cumbia, algo que señaló muy a su estilo pícaro: "Eso pasa cuando se hace alarde de lo que se tiene, en mi caso estoy tranquilo porque los boleristas somos pobretones (risas)... Hasta ahora sigo pagando mi cuenta en el Hospital 2 de mayo de la otra vez que me enfermé, si tuviera plata me hubiera internado en una clínica".

HUMILDE Y BROMISTA. Así era Don Lucho, como lo llamaba desde hace seis años, cuando lo conocí en un evento solidario para un amigo en común que cayó en desgracia y del cual siempre brindó su apoyo total sin pedir dinero a cambio.
Hasta ese día sólo sabía de él por los cassettes añejos de mi papá, sin embargo desde esa fecha sentí su calidad humana, su humildad y sobre todo su buen sentido del humor porque nos confesó que su chapa eterna era "Cabezón’. Un artista con letras mayúsculas.
Quién iba a pensar, que una hora después de colgar el telefono, a la 1:30 de la tarde del lunes, se pondría mal y falleciera. ¡En paz descanse, don Lucho!

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