El ‘padre del bolero peruano’ Lucho Barrios fue enterrado ayer en la tarde en el camposanto Mapfre de Huachipa, lugar donde también descansan los restos de la inmortal Jesús Vásquez y los músicos originales del grupo Néctar, que junto a su líder Johnny Orosco fallecieron trágicamente en Argentina.
El último adiós al querido cantante fue en olor a multitud y decenas de gargantas se unieron en procesión para despedirlo coreando las canciones que lo hicieron inmortal.
El ataúd con los restos de don Luchito salió del Museo de la Nación al promediar las 10:50 de la mañana. Media hora después llegó a la Municipalidad de Lima, donde recibió el tributo del alcalde Luis Castañeda Lossio.
La banda municipal lo recibió al ritmo de “Marabú”. El burgomaestre dio unas sentidas palabras, en las que resaltó las cualidades del extinto artista. Luego entregó una medalla y un diploma a sus hijos presentes.
“Fue un sembrador de paz, sus canciones hicieron llorar a millones. Hoy compartimos el dolor de pueblos vecinos como Perú y Chile”, sostuvo.
Lucho Barrios Jr., segundo hijo del “Padre del bolero”, agradeció el gesto y tuvo cálidas palabras para el alcalde, el presidente de la República y las delegaciones que llegaron del extranjero para despedir a su progenitor.
“Nos deja un gran legado, hay que seguir escuchando su música, es la mejor manera de recordarlo”, refirió emocionado.
El bolerista Pedrito Otiniano, inseparable amigo de Lucho por más de cinco décadas, interpretó a capela “Cuando un amigo se va” y muchos derramaron lágrimas de emoción.
Enseguida el cortejo partió rumbo a la iglesia Las Nazarenas, seguido de sus fanáticos que no cesaban de interpretar sus temas. Una camioneta con parlantes hacía sonar a todo volumen los éxitos del maestro. Ahí se ofició una sentida homilía, a salón repleto. La Banda de la Policía Nacional tocó algunas piezas del repertorio del querido “Cabezón”.
Alrededor de la 1:15 de la tarde, los restos del maestro salieron con rumbo a su última morada en el cementerio Campo Fe de Huachipa. En el camposanto se produjeron escenas de intenso dolor, protagonizadas sobre todo por su hija menor, Milagros.
Más temprano, el alcalde de Valparaíso, Jorge Castro, tuvo frases de intensa emoción para el “Padre del bolero”.
“He venido en representación de los 300 mil habitantes de mi ciudad. Como lo reconocimos en vida por la canción “La joya del Pacífico”, ahora estamos acá para nombrarlo nuestro embajador póstumo.
Nuestras condolencias a su familia y a todo el Perú. Lucho logró unir a muchos países en torno a su voz.
Tenía las llaves de nuestro pueblo y podía entrar cuando quería. Lo hizo siempre y por eso recorrió los 44 cerros de Valparaíso”, expresó emocionado. (Fuente El Popular)
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